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Orígenes e historia del Camino de Santiago
El Camino de Santiago es una de las rutas religiosas más populares del mundo, un camino que permite a las personas entrar en contacto con su espiritualidad, atravesando parte de Europa para llegar a la Catedral de Santiago de Compostela, para venerar las reliquias del Apóstol Santiago. Es una peregrinación compleja, a la que acuden cada año unas 300.000 personas de todo el mundo, en la que es fácil conocer a completos desconocidos y decidir continuar el camino juntos.
Las primeras peregrinaciones se remontan al siglo XI, cuando se descubrieron los restos del cuerpo de Santiago el Mayor en la nueva ciudad de Santiago de Compostela, fundada unos años antes en Galicia. Según la leyenda, Santiago fue uno de los doce apóstoles de Jesús, llamado el Mayor para diferenciarlo del otro Santiago de Alfeo. Tras la muerte del Mesías, Santiago emprendió una intensa labor de evangelización, en los territorios de la actual España, pero fue asesinado unos años más tarde a su regreso a Palestina, mientras que su cuerpo fue enterrado en Galicia.
El Camino de Santiago se convirtió en un fenómeno generalizado después del año 1000, pero no fue reconocido oficialmente hasta 1492 por el Papa Alejandro VI. Después de esa fecha, la costumbre pasó por altibajos, principalmente debido a las guerras y epidemias que afectaron a la región a lo largo de los siglos. Hoy en día, el peregrinaje está en auge, con la extensión de la ruta también a Francia, siendo el Camino de Santiago francés declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1993.
Camino de Santiago: longitud y recorrido
La longitud del Camino de Santiago es de aproximadamente 800 km en total, pero se compone de varias rutas, lo que hace especialmente complejo definir una medida precisa de peregrinación. La ruta puede dividirse en tres tramos principales, el Camino Francés, el Camino del Norte y el Camino Portugués. Cada una tiene mapas y caminos diferentes, por lo que es importante conocer las diferencias de cada una de estas rutas.
Aunque es posible empezar desde cualquier lugar, seguir tu propia ruta y parar donde quieras, lo más importante es recorrer al menos 100 km del Camino de Santiago, que es necesario para obtener la Compostela. La Compostela es un certificado que se expide a todos los peregrinos que puedan demostrar que han completado al menos 100 km a pie o a caballo, o un mínimo de 200 km en bicicleta, un premio que reconoce el enorme sacrificio realizado y simboliza la expiación de los pecados.
Otras rutas del Camino de Santiago
Además de las tres vías principales que acabamos de mencionar, existen variantes y alternativas menos conocidas, algunas de las cuales son muy antiguas y se han practicado durante varios siglos, pero ahora se han abandonado en parte debido a su complejidad. Entre ellas se encuentra la Ruta de la Plata, que parte de la ciudad de Sevilla, en el sur de España, y recorre unos 1000 km hasta Santiago. También es posible realizar el Camino Primitivo, de algo menos de 350 km, que comienza en Oviedo y se detiene en Asturias y Galicia, o el Camino Inglés, de 122 km divididos en 6 etapas desde Ferrol hasta Santiago.
El Camino de Santiago: por dónde empezar
Una de las elecciones más importantes para quienes quieren participar en el Camino de Santiago es la decisión del lugar de inicio. Naturalmente, hay que tener en cuenta algunos aspectos fundamentales, como el tiempo disponible, la preparación física y la facilidad para llegar al destino desde Argentina, en avión, tren o autobús. Para hacer una ruta completa, como el Camino Francés a Santiago, se necesitan al menos 30 días, que es una cantidad de tiempo considerable para la mayoría de la gente.
Por ello, es aconsejable optar por una versión reducida, respetando la limitación de 100 km si quieres obtener el certificado de Compostela una vez que hayas llegado a tu destino. El Camino Francés es, sin duda, el más organizado, menos exigente y más seguro, en el que puedes encontrar varias ciudades fácilmente accesibles en avión o tren desde nuestro país. Alternativamente, el Camino Portugués es una alternativa viable, calculando unos 10 días a pie desde Porto o unos 6/7 días desde la ciudad de Tui.
El Camino de Santiago: ¿en bicicleta o a pie?
Una de las dudas más frecuentes a las que se enfrentan quienes desean participar en la peregrinación es si deben ir a pie o en bicicleta. La forma clásica es, por supuesto, caminando, pero cada vez más gente opta por el Camino de Santiago en bicicleta. En este caso, es necesario contar con una bicicleta todoterreno, una moto de paseo que pueda hacer frente a los tramos más exigentes de la ruta, y que al mismo tiempo te permita llevar todo lo que necesitas para el viaje.
Por ejemplo, necesitas mochilas, que son más cómodas que una mochila, botiquines de emergencia y de primeros auxilios, varias botellas de agua y ropa de repuesto, ya que siempre sudarás mucho durante el viaje. También debes contar con recursos para tu bici, ya que puede ser difícil conseguir asistencia en algunos puntos. La ruta recomendada para hacer el Camino de Santiago en bicicleta es la Variante Francesa, de unos 740 km, o el Camino Aragonés de 820 km o el Camino Primitivo de 315 km.
En algunos lugares, es posible optar por el asfalto, ya que hay caminos pavimentados que discurren junto a la ruta oficial. Por término medio, se tarda unos 10 días en llegar a Santiago de Compostela en bicicleta, pero depende de tu preparación física, de tu ubicación inicial y de cualquier parada repentina. Para los ciclistas aficionados es aconsejable optar por el Camino Primitivo, que es el menos exigente y el más corto, de lo contrario el Camino Francés es definitivamente la opción más adecuada para un viaje en bicicleta.
Las etapas más importantes del Camino de Santiago
En el Camino de Santiago, sea cual sea la ruta elegida, hay algunas paradas especialmente impresionantes, que resultan aún más bellas por el ambiente único que se vive durante el recorrido.
En la ciudad de Astorga, un tramo que se puede hacer en unos dos días, disfrutando de las espectaculares vistas desde el mirador de la Cruz de Hierro. La llegada a Galicia es siempre muy intensa, sobre todo para los que recorren la versión completa del Camino de Santiago francés, donde se pasa de los desnudos valles navarros a la floreciente región española, hasta llegar a la pintoresca ciudad de Léon. También es popular San Sebastián, donde puedes relajarte en la hermosa playa de La Concha.
Otra parada histórica del Camino de Santiago es San Vicente de la Barquera, un burgo que parece sacado de un cuadro del siglo XV, aunque en esta zona la ruta está más asfaltada que sin asfaltar. El encuentro con Tui es digno de recordar, con la imponente fortaleza de la ciudad a la vista desde lejos, la animada Pamplona, aristocrática y elegante a la vez, Burgos, una increíble ciudad gótica con su famosa catedral, y la encantadora Santillana del Mar, un pueblo histórico del este de España que data del siglo XII.
Camino de Santiago: cuándo ir
Es posible realizar el Camino de Santiago en cualquier época del año, aunque hay momentos en los que la ruta es menos dura, debido a las condiciones climáticas de la zona. Las temporadas más adecuadas son la primavera y el otoño, especialmente en abril, mayo, septiembre y octubre, mientras que es mejor evitar el verano, cuando las temperaturas provocan problemas de deshidratación, y el invierno, para evitar los días de lluvia y los vientos fuertes.
Además, en invierno, parte del Camino Francés de Santiago está cerrado, exactamente el tramo de Saint-Jean de Port a Roncesvalles, por lo que es necesario acortar la ruta o elegir otro camino. En cualquier caso, es importante despertarse temprano por la mañana para cubrir la mayor parte de la ruta antes de la hora de comer, encontrando un lugar donde pasar la noche antes de que anochezca. Viajando en verano o primavera puedes aprovechar los días más largos, así que con la preparación física adecuada puedes terminar la caminata en menos tiempo.